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DON PEDRO CALVO RAMIREZ. HOMENAJE A SU MEMORIA HISTORICA

Epitafio de la tumba de Don Pedro.
Cementerio de Mora (Toledo).
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"En esta fosa oscura
hay claveles enterrados,
sus raices eran fértiles
y con más fuerzas,
han brotado.
Hoy, nos miran sonrientes,
porque al fin, su fruto,
han dado."
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Joven e ilusionado, defensor de la libertad de la República, Pedro Calvo Ramírez viajó de Mora (Toledo) un 17 de Julio de 1936, dejando atrás su familia, a sus hijos, para alistarse en las MAOC, formadas en el barrio madrileño de Cuatro Caminos, compuestas de un alto componente de voluntariado de corte comunista, que finalmente acabarían por militar repartidos entre el 5º Regimiento y la Columna del comandante José Fernández Navarro. Tras cumplir con los trámites burocráticos partió como columnista, destinado a la comarca de La Serena (Badajoz), donde hizo frente a las tropas rebeldes de legionarios y mercenarios moros que al mando del Teniente Coronel Yagüe avanzaban hacia Madrid. Su primer combate importante tuvo lugar en la batalla de Guadalupe, durante los días 19 y 30 de agosto de 1936, con el objetivo de impedir la consolidación de los nacionales en la línea de frente que unía Navalmoral (Ávila) y Oropesa (Badajoz), antes de lanzar la ofensiva hacia Talavera de la Reina, con la consigna directa de tomar rápidamente Madrid, siguiendo la Ctra. de Extremadura. Tras días de resistencia encomiable, Pedro Calvo se vio obligado a retroceder desde Guadalupe, copada su columna, defendiéndose e incluso escondiéndose del enemigo en la quebradiza comarca toledana de La Jara.
El 31 de diciembre de 1936 pasó a formar parte, junto con los compañeros supervivientes de la Columna Fernández Navarro, de la 47ª Brigada Mixta, instruida por el Teniente Coronel de infantería retirado Santiago Ropero Muñoz, sustituido más tarde por el mayor de milicias Gabriel Pareja Núñez. La unidad fue adjudicada a la 9ª División del II Cuerpo de Ejército en el sector Tajo-Jarama.
El 1º de mayo de 1937 Pedro Calvo colaboró junto a su brigada en un ataque fallido contra la cabeza de puente de Toledo, una táctica inútil que el gobierno de la República ponía en práctica para conmemorar fechas señaladas, en busca de un calendario repleto de acontecimientos laicos. En el mes de junio su brigada 47 fue adscrita a la 36ª División del VI Cuerpo de Ejército en Navahermosa, a escasos 65 kms de donde tenía afincada su casa de Mora, y donde permaneció casi un año en un frente prácticamente inactivo hasta julio de 1937, fecha en la que al mando de Ildefonso Castro Ruiz, relevo de Pareja, y con el oficial de milicias Llorens como jefe del Estado Mayor y Dionisio Martín Martínez como comisario político, volvió a participar en la defensa de la “bolsa” de la Comarca de La Serena en Extremadura, cubriendo la avanzada del frente del Tajo.
Después de la batalla de La Serena, tras haber demostrado con creces su valor en el campo de batalla, fue nombrado Sargento de Milicias de la 47ª Brigada Mixta, según está inscrito en el Diario Oficial del Ministerio de Defensa, nº 159, Pág. 1154, con la antigüedad de 31 de diciembre de 1937, pero ya bajo el mando del mayor de milicias Bernabé García Navarro, con Domingo Chacón como comisario. Con el ordenamiento de sargento, Pedro Calvo Ramírez tuvo la oportunidad de seguir demostrando su diligencia en el frente y, a pesar de ser Navahermosa una zona relativamente alejada de la mayor actividad bélica de la contienda, consiguió ascender al grado de Teniente de Infantería de la 47ª Brigada Mixta, como consta en el Diario Oficial del Ministerio de Defensa, nº 331, Pág. 1190, con fecha de 17 de diciembre de 1938.
Desgraciadamente poco tiempo disfrutó de su nuevo grado de teniente, ya que en marzo de 1939 la Brigada se sublevó a favor del bando comunista, matando a su jefe y comisario. Aunque la rebelión fue sofocada, quedando entonces la Brigada al mando del mayor de milicias Telesforo Aguado Ronco y del comisario Vicente Ovejero Santervás, no llegarían a ejercer sus funciones mas que un par de semanas, antes de que se disolviera definitivamente la 47ª Brigada Mixta.
Al igual que muchos de sus compañeros, la disolución de la 47ª Brigada, lejos de ser un alivio para los combatientes, se convirtió en un verdadero calvario. El propio Pedro Calvo Ramírez, deseoso de volver a su hogar con sus hijos, se encontró con la cruda realidad que suponía el fin de la guerra. La venganza y el odio se apoderaron de los vencedores, y las persecuciones, paseos y fusilamientos sin juicio previo se mostraban por doquier en cualquier pueblo. Concretamente, una triste mañana, el teniente Pedro Calvo Ramírez fue detenido junto a otros excombatientes republicanos y asesinado de un tiro por la espalda sin el derecho a un juicio justo. La barbarie contra la que había estado luchando durante casi tres años en las trincheras, le había vencido en la última batalla. Sólo los que lo fusilaron y las tapias del cementerio de Mora fueron testigos de tan tremenda injusticia.

LA COLECTIVIDAD DE MIRALCAMPO: REALIDAD EN "ROJO Y NEGRO"

Publicado en la revista "Por cuenta propia", Azuqueca de Henares, en Junio de 2007

Verano de 1936, el Conde de Romanones ha huido de sus tierras, la sublevación en Guadalajara ha sido derrotada por las milicias del Ateneo Libertario de Ventas y las fértiles tierras que bordean la Campiña del Henares han pasado a ser propiedad de los campesinos que las labraban. Es el inicio de la era de la colectividad y Azuqueca de Henares será testigo del modelo de colectividad por excelencia, la colectividad de Miralcampo.
Con una extensión de 360 hectáreas la finca de Miralcampo apenas era utilizada como zona de mantenimiento para la cuadra de caballos preferida del Conde. Fueron los labriegos del Sindicato Único Campesino de C.N.T. quienes convertirían la finca en una explotación multiproductiva, de donde saldrían provisiones para proveer a hospitales y escuelas durante el asedio a Madrid. Testimonio de ello es el de Don Ginés Tuero, capataz de la finca y vecino de Brihuega, quien en una entrevista mantenida con el historiador Eduardo Pons Prades y recogida en libros como “Realidades de la Guerra Civil” afirmaba que “camiones repletos de melones salían por la noche con destino al Madrid sitiado”.
Ante la importancia que cobraba la colectividad, la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (F.N.T.T.) envió como delegado de su Federación Regional de Campesinos del Centro a Don Jerónimo Gómez Abril, formándose junto a antiguos campesinos de la finca el Consejo de Administración de la explotación, que en un principio sólo contó con 67 miembros, pero que pronto se iría ampliando con familias de refugiados de otras zonas como fue el caso de Roque Arjona, “Roquito el bien hecho”, figura de la que habla Jorge Martínez Reverte en su obra “La Batalla de Madrid”, destinado a la finca con su compañera Dolores González, siendo miliciano del barrio de Las Ventas de Madrid, incapacitado para combatir a causa de un fuerte reuma y que se encargó de desempeñar funciones administrativas muy útiles para los libros de actas de la colectividad.
A diferencia de la colectividad de la “La Acequilla”, fundada el 28 de agosto de 1936 por los campesinos de la U.G.T. sobre las incautaciones de tierras, aperos, maquinaria y ganado que poseía en propiedad el Marqués del Valle de la Colina en el mismo Azuqueca, Miralcampo se convirtió en un lugar de experimentación y de puesta en práctica de los ideales anarquistas. Los campesinos de la C.N.T. también contaron con aperos y maquinaria variada dejada por el Conde de Romanones en su propiedad, pero la aplicación racional de estos útiles trajo como consecuencia unos elevados beneficios que permitieron a los campesinos invertir en la creación de un economato de alimentos cultivados en la propia finca y en la financiación de una escuela de carácter racionalista que seguiría los modelos de la Escuela Laica de Guadalajara o de la propia Escuela Moderna de Ferrer i Guardia. Además la escuela no sólo estaba destinada para educar a los niños de los colectivistas, sino que los adultos también disponían, si lo necesitaban, de su derecho a usarla para formarse culturalmente en sus aulas y biblioteca.
Sin embargo la acción llevada a cabo por los colectivistas que más repercusión tuvo en la prensa de entonces fue la puesta en práctica de un proyecto faraónico, con una financiación proveniente del gobierno central de medio millón de las antiguas pesetas, para desviar el cauce del río Henares hacia su orilla izquierda, con el fin de evitar desbordamientos que anegaran una gran cantidad de hectáreas muy óptimas para el cultivo del cereal. Los resultados de la obra que los colectivistas hicieron con sus propias manos todavía hoy los podemos observar.
Desde luego la labor que los campesinos realizaron en Miralcampo fue sobresaliente. Y no me corresponde a mí decirlo como historiador, recuerden la máxima de Marc Bloch “el historiador es sabio y no juez”, sino que volviendo a retomar el testimonio del capataz de la finca Don Ginés Tuero, el propio Conde de Romanones, al finalizar la Guerra Civil y volver de su exilio, quedó tan maravillado por la obra de los trabajadores que, en un alarde de humanidad y sin infundir sospechas, mandó buscar por las cárceles y prisiones de la zona a los protagonistas de “aquel milagro”, salvando a muchos de ellos de una muerte segura y dándoles refugio junto a sus familias en las tierras que con tanto esfuerzo habían trabajado.
Me permito una licencia más, otra vez no correspondida con el oficio científico del historiador, sino más en sintonía con los pensamientos de un idealista orgulloso de serlo; el Club Deportivo Azuqueca viste con los colores rojo y negro, colores que casualmente enarbolaba la bandera de la C.N.T., colores que, quiero pensar, simbolizan la humanidad que debe de existir siempre entre las personas, indistintamente del ideal que profesen o color que representen.

MEMORIA DEL PRETÉRITO INMIGRANTE

Publicado en el III Certamen de Relatos Breves "Historia de Todos" de Azuqueca de Henares, Abril de 2007

Recuerdo a mi abuelo. Recuerdo sus camisas de franela, su respiración entrecortada, el humo de su cigarro... Recuerdo a mi abuelo pero ya no está. Se fue una Nochevieja y no volverá jamás. Se marchó sin conocerlo.
Ahora... Ahora tengo sus recuerdos. Ahora tengo sus camisas de franela, la imagen del humo de su cigarro, el sentir de su respiración, sus fotografías... Sobre todo sus fotografías. Pero se marchó sin conocerlo.

Observo sus recuerdos: Carné de Identidad, Cartilla Militar, Contratos de Trabajo, Libro de Familia... Repaso una a una sus fotos. Dos de ellas me llaman la atención: “ANTONIO y FRANCISCO, soldados de la República”.
¿Por qué las fotografías? ¿Por qué me miran así sus dos hermanos? ¿Por qué?
Mi abuelo se marchó sin conocerlo, se marchó sin saber apenas nada de él, nada sobre su vida. Yo quiero conocerlo, quiero saber sobre su vida.
¿Por qué las fotografías? ¿Por qué me miran así sus dos hermanos? ¿Por qué?
Investigo sobre sus hermanos porque quiero conocer a mi abuelo.
¡Abuelo, quiero conocerte! ¡Abuelo quiero saber de tus hermanos! Abuelo, ¿por qué me miran así tus hermanos?

Los hermanos de mi abuelo eran muy jóvenes en las fotografías. Antonio y Francisco eran dos muchachos que sobrevivían como campesinos en el seno de una humilde familia Sevillana. 1936, la Guerra Civil se los llevó a Madrid. La Guerra Civil se los llevó al cielo. “De Madrid al Cielo”, reza el dicho.

La Guerra Civil no es más que hambre y miseria. La Guerra Civil...
Francisco murió fusilado sin un juicio justo por defender la Libertad. Antonio... Antonio burló a la muerte, pero... ¿Se puede burlar a la muerte?

- Antonio, hijo mío, ¿por qué te marchas? Antonio, ¿por qué huyes? Antonio.
- No quiero morir, madre. No quiero morir como padre. No quiero ver sufrir a mis hermanos. No quiero.
- Antonio, no nos abandones. Antonio, no nos olvides. Antonio.
- No quiero.

En el tren hacía frío. En los Pirineos había nieve. La emigración es frío.

Francia...
En Francia hacía calor. La emigración es calor. El trabajo... El trabajo, en cambio, era escaso y los pobres... Los pobres son muchos. La inmigración es mucha. La inmigración es frío cuando no hay trabajo.
- ¡Eh, tú, españolito! ¡Vuelve a tu país!
- ¡Eh, miserable! ¿Por qué no le pides trabajo a Franco?
- ¡Dadme trabajo por el amor de Dios! ¡Dadme calor! Dadme Libertad.
La inmigración es calor cuando hay libertad.

Francia está en Guerra. En Francia hace frío. En Francia no hay libertad.
- ¡Eh, tú, españolito! ¡Ayúdanos a combatir!
- ¡Eh, miserable! ¿Por qué no luchas contra Hitler?
- ¡Dadme trabajo por el amor de Dios! ¡Dadme calor! Dadme Libertad.
La inmigración es calor cuando hay libertad.

En el monte hacía frío. En los Pirineos había nieve. La emigración es frío.

España...
En España hacía calor. La emigración es calor. El trabajo... El trabajo, en cambio, era muy escaso y los pobres... Los pobres son demasiados. La inmigración es poca. La inmigración es hielo cuando no hay trabajo.
- ¡Eh, tú, gabacho! ¡Vuelve a tu país!
- ¡Eh, miserable! ¿No te da trabajo Hitler?
- ¡Dadme trabajo por el amor de Dios! – Donnez-moi du boulot par amour de Dieu! - ¡Dadme calor! – Donnez-moi de la chaleur! - Dadme Libertad. – Donnez-moi de la Liberté.
La inmigración es calor cuando hay libertad.

El Final de las Guerras...
La Guerra Mundial ha terminado. La Guerra Mundial no es más que hambre y miseria. La Guerra Mundial...
España... España es hambre y miseria.
- ¡No puedo ver a mi familia! – Je ne peux pas voir ma famille!
- ¡No puedo paliar su miseria! – Je ne peux pas pallier leur misére!
- No puedo.

Córdoba...
En Córdoba hay sufrimiento. En Córdoba hay pena. El sufrimiento es pena y... “las penas se ahogan en alcohol”, reza el dicho.
El alcohol es calor.
- ¡Eh, tú, gabacho! ¡No bebas más!
- ¡Eh, miserable! ¿Quieres morir?
- ¡Dejadme morir por el amor de Dios! – Laissez-moi mourir par amour de Dieu! - ¡Dadme calor! – Donnez-moi de la chaleur!
- ¡DADME LIBERTAD!

Recuerdo a mi abuelo. Recuerdo a mi abuelo pero ya no está. Se fue y no volverá jamás. Se marchó sin conocerlo. No quiso que lo conociera.

Me visto con sus camisas de franela.